El otoscopio es un artefacto empleado en los procedimientos de diagnóstico de anomalías o afecciones relacionadas con el oído. Es un tipo de práctica clínica que se denomina otoscopía. Por lo tanto, en esta se examinan las partes internas del oído como el oído medio, el canal auditivo externo y el tímpano.
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Generalmente, una otoscopía se realiza en los exámenes físicos rutinarios o cuando el paciente presenta alguna molestia. Este examen es importante para detectar afecciones como otitis media aguda, perforación del tímpano y colesteatoma.
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Otoscopio definición y funcionamiento
Antes de continuar, definiremos qué es un otoscopio y para qué se utiliza. El otoscopio, por definición, es una herramienta con una longitud aproximada de 17 cm. Tiene en uno de sus extremos un cabezal que facilita observar el interior del oído.
Este instrumento, por lo general, no es costoso y se puede emplear muchas veces. Normalmente se usa con más frecuencia en las consultas familiares, pediátricas o de audioprotesistas. Su uso es muy sencillo y no ocasiona molestias al paciente.
Funcionamiento del otoscopio
Se puede decir que en el otoscopio su función principal es la de facilitar al especialista una mejor visibilidad. Esto es posible por medio del cabezal que cuenta con dos extremos e incluye una pequeña bombilla.
El extremo más delgado o cono es el que se introduce en el oído. Del otro lado del cabezal hay una pequeña lente de aumento que facilita al especialista una mejor visualización de la parte interna del oído.
A continuación, te explicaremos para qué sirve el otoscopio y cómo se utiliza.
- Sujeta el otoscopio con la mano derecha al examinar el oído derecho del paciente y la mano izquierda para el oído izquierdo. Para un apoyo y sujeción adecuados durante el examen, se debe situar el quinto dedo libre de la mano manteniendo el otoscopio contra la mejilla del paciente.
- Con la mano libre, se debe sujetar y tirar del pabellón auricular del paciente muy suavemente para enderezar el canal auditivo externo. De esta forma, se puede introducir en el oído el otoscopio y visualizar la membrana timpánica.
- En los niños, se tira el pabellón auricular hacia atrás y hacia debajo de manera suave, mientras que en los adultos es hacia atrás y hacia arriba. Insertar el espéculo en el canal auditivo externo del paciente de manera suave. Seguidamente, evaluar factores como la presencia de cerumen, inflamación, secreción e infección.
- Avanzar despacio con el espéculo hacia el canal hasta que se logre ver la membrana timpánica. Aquí se observarán algunos factores como el color, presencia de perforación y apariencia abultada.
- Después de examinar el tímpano, se debe extraer el otoscopio pausadamente del conducto auditivo. Mientras se retira el otoscopio, se puede evaluar la salud del canal auditivo.
La otoscopia es un procedimiento clave para diagnosticar diversas patologías del oído. Existen múltiples factores que podrían dificultar un examen exitoso. Por ejemplo, posicionamiento inadecuado del otoscopio, la mala iluminación del canal auditivo, obstrucción por cerumen y mala ejecución de la técnica otoscópica.
Partes del otoscopio
Por lo general, estos instrumentos cuentan con una lente de aumento, espéculos de varios diámetros que se ajustan al tamaño del conducto auditivo y luz. Por otra parte, existe el otoscopio operativo en el que la lente se puede mover. Esto facilita procedimientos en los cuales se requiere eliminar el cerumen o algún cuerpo extraño.
Básicamente, las partes del otoscopio se dividen en tres.
- El mango. Tiene una longitud similar a la de un bolígrafo. En este se colocan las baterías para la iluminación.
- El cabezal. Tiene de un lado la lente de aumento y por el otro un pequeño foco de luz.
- El cono. Se coloca en el conducto auditivo.
El otoscopio es una herramienta muy sencilla, pero que permite diagnosticar muchas afecciones del oído.
Recomendaciones de uso
Es importante señalar que se debe limpiar adecuadamente después de cada uso. El otoscopio, como se ve utilizado de manera frecuente, representa una fuente potencial para la propagación de infecciones.
Cuando no se desinfecta adecuadamente, puede contaminarse con organismos microbianos, eventualmente patógenos como pseudomonas, aspergillus staphylococcus y algunas especies de cándida.
Para evitar esto, se recomienda emplear un paño húmedo con algún aldehído, tensioactivo o alcohol para la limpieza del cabezal. Por lo general, el otoscopio en su manual de uso puede contener información sobre cómo desinfectarlo correctamente.
Si quieres conocer más dispositivos para examinar el oído, te invitamos a conocer el timpanómetro, una herramienta indispensable para los otorrinos.

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