La vida moderna es el entorno ideal para dolencias como el síndrome tensional. No solo estamos siempre de prisa, ocupados y preocupados; solemos pasar muchas horas delante de un computador o sometidos a situaciones de estrés persistentes y continuas.
De allí que este tipo de enfermedades sean cada vez más comunes. Sin embargo, no siempre sabemos cómo abordarlas para erradicarlas o reducir su impacto en nuestra calidad de vida. Por eso, en este post te hablaremos de qué se trata, así como de sus síntomas, tratamiento y un poco más.
¿Qué es el síndrome tensional?
El síndrome tensional es una dolencia caracterizada por la contracción de los músculos en la zona cervical. Puede tratarse de una o varias contracturas musculares que coinciden para producir dolores de cabeza y cuello al alterarse el normal funcionamiento del músculo; también puede provocar vértigos y molestias en los oídos, entre otras afecciones.
¿Cuáles son las causas?
Hay dos categorías de factores que ocasionan la aparición de este síndrome:
- Las causas físicas
Los malos hábitos o mala postura a la hora de dormir pueden causar dolencias musculares persistentes y muy molestas, si no se modifican a tiempo. El descanso es fundamental para la salud; por eso, factores como la postura al sentarse o al dormir, las almohadas o el colchón pueden comprometer la zona cervical.
Otra causa frecuente es permanecer durante muchas horas ante un ordenador en posición estática. Además, quienes trabajan levantando peso por períodos prolongados también pueden desarrollar esta patología.
- Las causas psicológicas
Las personas que padecen algún trastorno asociado con el estrés o la depresión tienden a tener pobres períodos de descanso. Esto puede convertirse, a la larga, en síndrome cervical por tensión.
Síntomas del síndrome tensional
Los síntomas de este síndrome pueden variar, en función de las causas que lo provocan; pero, los principales signos expresados por los pacientes son los siguientes:
- Dolor de cabeza. La cefalea suele manifestarse como dolor neurálgico en la frente, sienes y parte posterior de la cabeza. Puede ser ocasional o crónica.
- Dolor de cuello y nuca. Además del fuerte dolor, los pacientes refieren sentir «crujidos» en los huesos del cuello. También se presenta dolor en hombros y espalda.
- Zumbidos en los oídos. Llamados también tinnitus o acúfenos, son ruidos continuos o intermitentes dentro del oído. La tensión muscular presiona los nervios causando pitidos o sensación de taponamiento que afectan la capacidad auditiva.
- Vértigos. Este es otro problema auditivo provocado por el síndrome tensional, en especial cuando este está avanzado. En casos graves puede llegar al desmayo y aparecen luego de algunos días con dolor de cabeza, mareos y acúfenos.
- Sensación de hormigueo. Esta sensación se presenta en los dedos de las manos y pies, principalmente. Viene acompañada de adormecimiento y puede ocurrir mientras dormimos o durante el día.
En cuanto a los mareos, se llaman mareos cervicogénicos y producen sensación de inestabilidad y pérdida de equilibrio.
¿Cómo se cura el síndrome tensional?
Lo primero es identificar el problema que está ocasionando el síndrome. Para ello, es esencial buscar atención médica primaria, recibir un diagnóstico acertado y descartar problemas neurológicos u otras patologías.
Hecho esto, el tratamiento va a depender de las causas y de los síntomas prevalecientes. Si la fuente del problema es física, la solución pasa por el cambio del colchón/almohadas o el uso de muebles ergonómicos para trabajar en el ordenador. Se recomienda, además:
- Practicar algún deporte que permita realizar estiramientos musculares.
- Realizar actividades como yoga, tai chi o pilates ayuda a liberar la tensión muscular.
- Aplicar bolsas de agua caliente, cremas antiinflamatorias o geles de calor en la zona dolorida.
- Acudir a un fisioterapeuta por masajes terapéuticos y pautas para mejorar la postura corporal ayuda a eliminar las contracturas y la tensión.
Cuando las causas son emocionales o psicológicas, visitar a un terapeuta puede ayudar a reducir el estrés, la ansiedad o la depresión que provocan el dolor físico.
Tratamiento para los acúfenos
Mención aparte merecen los síntomas asociados a problemas auditivos. Los acúfenos, de no tratarse apropiadamente y a tiempo, pueden llevar a la pérdida de la audición en uno o los dos oídos. ¿Qué se impone en estos casos? Acudir a un centro auditivo especializado para realizarse los estudios necesarios para descartar patologías auditivas no asociadas al síndrome tensional.
Los pitidos constantes, los vértigos y la dificultad para oir son problemas que afectan la calidad de vida; sumando ansiedad y estrés a una situación ya difícil de manejar.
Por eso, es importante acudir a especialistas con experiencia y con los equipos requeridos para realizar un diagnóstico eficaz. Este es el primer paso para recibir el tratamiento idóneo que permita recuperar la salud auditiva y el control de la vida cotidiana.